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Írjon visszajelzéstLocal, muy amables, original, pequeño, en mesas altas. Abundante y rico el carpaccio de ternera, Muy buena relación de calidad precio
Primera vez que visitamos el sitio, para comer el día del padre. La zona y las referencias parecían buenas, y también que el resto de mesas estuvieran todas ocupadas. Fuera por esto o por la razón que fuera, lo peor fue que desde que llegamos hasta que empezamos a comer pasó una hora, y eso con un niño fue lo peor. Mi impresión es que o en l@s camarer@s o en la cocina tanto trabajo les superó y porque no fuimos la única mesa a la que los pasó. Eso sí, los platos buenísimos y exquisitos, en especial el salmorejo, la merluza a la plancha y los postres. Lástima de la espera para que todo saliera redondo.
Comida familiar, mesa al lado de la puerta, abierta de par en par, corriente invernal. Justo detrás tres músicos tocando en vivo, no podíamos ni escuchar nuestros pensamientos. Para colmo rodeados de gente tomando cañas, no hay comedor como tal. Tardan una hora en servir los platos. Bueno, los pinchos, porque la cantidad es escasa al máximo. Al menos estaba rico. Y además ni siquiera está bien de precio. No se lo recomiendo a nadie para comer, de cañas puede que mejore, sobretodo si cuando llegas ya llevas unas cuantas y ya todo te da igual. No pienso repetir. Nunca.
Me queda al lado de la oficina por lo que suelo ir a comer con varios compañeros con cierta frecuencia de menú de día. El menú del día siempre tiene 4 primeros y 4 segundos (aunque en estos son fijos el filete a la plancha y la pechuga de pollo). Tanto el tamaño como la calidad de los platos son francamente buenos y es de destacar que incluye postre y café. La atención de los camareros es genial.
Hemos reservado para cenar porque anuncian que tienen opciones vegetarianas y veganas. Lo único que me ofrecieron fue ensalada o tortilla... Buena forma de fastidiar la noche.