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Visszajelzés
Írjon visszajelzéstUna de las opiniones con el menú que se ha adaptado para finalmente obtener los reconocimientos que este acogedor restaurante merece. ubicación histórica, lugar destacado, todo cuidado al detalle y una espectacular comida, premios, homenaje, proyección. sin duda vicky y su equipo han estado cumpliendo un excelente trabajo en letras mayúsculas. ¡Enhorabuena!
Restaurante con Estrella Michelin. Merecida. Estuvimos hoy comiendo el Menú Arrels, que tiene muchos platos (no recuerdo cuantos! de entrantes, salados y postres, que cubren un amplio espectro de sabores y texturas. La sala se encuentra en lo que fueron las caballerizas del Palacio de los Duques de Gaeta. El personal de sala, muy atento, comentó todos los platos y estuvo continuamente a disposición. Muy recomendable!
Una experiencia increíble, el sitio precioso, el servicio impecable y el pase de platos le doy un 10. Variedad de sabores y texturas, una auténtica delicia para el paladar. Enhorabuena! Volveremos sin duda.
Comida de negocios , cuidaron todos los detalles , el pase de platos en el menú Arrels perfecto en tiempo de ejecución. El nivel del servicio , el somellier , la bodega y la elaboración de los platos se corresponde a la categoría del restaurante . Muy recomendable para poder degustar cocina de alto nivel . Muy satisfecho.
Hoy traemos un lugar de esos en los que nos faltan líneas para expresar todo lo que sentimos al visitarlo. Fuimos en Septiembre de 2018 y un y una después, por fin hemos vuelto a disfrutar de todo lo que nos ofrecen. El local es sensacional, las antiguas caballerizas del palacio de los Duques de Gaeta del siglo XVI no dejan indiferente a nadie. Amplio, luminoso, muy cuidado y digno de observar. Cocina mediterránea, de mercado, de temporada, productos de alta calidad y de proximidad, con muchos guiños a la huerta y el mar. Platos llenos de sabor, juegos de texturas, color, elegancia, frescura, combinaciones sorprendentes donde el equilibrio consigue que cada ingrediente tenga su protagonismo. Elegimos el Menú Saba, 72€: Snacks, 6 Pases y 2 Postres. Vamos a por algunos de sus platos: Mollejas con puré y chips de chirivía: es difícil escoger un plato cuando todos son tan diferentes entre sí y están tan ricos, pero quizás este se llevaría el platazo del día. Sabor intenso que te llena de recuerdos a cada bocado. Cochinillo a baja temperatura durante 14 horas con chutney de manzana. Muy tierno por dentro, crujiente por fuera, explosión de sabores, un clásico que siempre alegra volver a comer. Flor de calabacín con una tempura especial y fina, nos pareció una delicia. Colirrábano con mousse de setas, el más sorprendente de los snacks por el contraste de texturas e intenso sabor. Gazpacho de pepino y aguacate, muy refrescante, conforme se va comiendo, va sumando más puntos. Los postres muy diferentes entre sí. El primero: cítrico, refrescante y ligero. El segundo para amantes del chocolate, en tres texturas y con un toque de café muy acertado. Nos encantaron los dos, final apoteósico. Servicio amable, profesional, atento, simpático y explicando cada plato con mucha dedicación. Como Historiadora del Arte poder comer esos platos que parecen pinturas al óleo en un local con tanta Historia es algo que llena el estómago y el alma.