Mesón Parking La Pradera

Estacionas el coche y si no puedes sacarlo en un día cuando vas a recogerlo, lo bloquean. Tuvimos que llamar a la Guardia Civil... pasamos dos horas sin poder ni hablar. El rudo, impertinente y faltonoso dueño. Queríamos pagar 4 euros por cada día y querían cobrarnos por el reloj nocturno... cuando pedimos la cuenta que nos dijeron que no podían emitirla... ¡sin palabras!!!!

Lamentable el atraco de menú: 17.50€ a elegir de primeros espaguettis o una simple ensalada y de segundos un bonito frio, un filete de ternera pasado o pescado con patatas. Resaltar que la cerveza no entra en el menú, que al pedir una infusión nos dicen que hay que esperar un rato para poder pedirla... con el salón vacío. En resumen: ahí está la explicación de que el restaurante de al lado esté lleno y este vacío.

Es la segunda vez que me detengo en ese mes porque generalmente dejamos el coche en ese estacionamiento, que sorprendentemente ha subido de 3 a 4 € de julio a agosto. La primera vez solo tomé un café, pero ayer decidimos comprar un aperitivo y algunas cervezas para llevar a la playa. ¡ERROR! Estuve unos 40 minutos esperando que tomaran nota de mí en una cola horrible que nunca parecía avanzar. Cuando finalmente llegó mi turno, tomaron nota de mi pedido, pero seguí esperando. Esta vez pude sentarme en un rincón, en una mesa sola, rodeada de más gente esperando con sus máscaras. Llevábamos más de 30 minutos esperando, cuando el tipo de la mesa de al lado se levantó para ir a conseguir algunas cervezas, mientras al mismo tiempo alguien más se quejaba en el bar por el mal servicio y la larga espera por un aperitivo. Fue entonces cuando comenzó una de las situaciones más desagradables y dolorosas que he vivido. El dueño del local salió y empezó a gritar e insultarnos, diciendo que él era el dueño, que ponía las reglas y que a quien no le gustara, que se fuera. Nos acusó de no respetar las regulaciones de COVID, cuando todos estábamos con máscaras. Dijo que iba a cerrar y que ya no estaba dispuesto a hacer más aperitivos. La gente protestó, pero él gritó e insultó aún más. Incluso una chica embarazada que ya había estado esperando más de una hora le dijo que dejara de ser grosero y que le devolviera el dinero. Increíble. La gente se fue y la cola desapareció. Esperé otros 10 minutos y finalmente, a las 16:25, después de haber llegado a las 15:10, obtuve mi sándwich.

Durante más de 4 años que voy a este lugar, siempre me siento como en casa, incluso en pleno invierno... mientras otros cierran por la temporada, en Oyambre siempre te reciben con cariño. Un buen café en las frías mañanas de invierno, junto a la chimenea encendida, es especialmente reconfortante después de salir del agua helada. Te cuidan con mucho esmero y se preocupan por sus clientes. La comida es excelente, desde raciones hasta menús, aperitivos y son perfectos si necesitas organizar una comida grupal. Tienen un sitio ideal para atenderte. ¡Y está justo al lado de la playa! Para mí, es una garantía de buen servicio, buena comida y siempre te hacen sentir bienvenido. ¡No lo dudes!

La verdad es que uno de los peores restaurantes en los que he estado es el Mesón La Pradera, que es mucho más conocido y frecuentado por turistas o visitantes debido a su aparcamiento que por su comida. Si tiene la intención de comer algo de aperitivo o algún plato del día, es mil veces mejor el Ave Amarillo, que se encuentra al pie de la playa. La Pradera opera como restaurante, café y aparcamiento, y creo que el 90% de los que entramos lo hacemos para salir de los vehículos, ya que cuenta con un aparcamiento muy amplio justo en la playa, donde cobran 3,00€ por una plaza si solo sale del coche, o 6,00€ si además quiere una plaza al lado de donde come. En mi única visita como restaurante, prometo que no he vuelto debido a lo mala que era la experiencia. Ofrecen menús del día y sirven comidas o cenas. Tienen una gran terraza al aire libre cubierta con un porche, lo que proporciona bastante sombra. Si bien el lugar es realmente fantástico y las vistas son magníficas con la playa de abajo, la comida es... Así que solo recomendaría La Pradera para aparcar, ¡nunca para comer!